¡Comemos por los ojos!
Fecha de incorporación: 19 de Octubre de 2018 a las 09:53Comer es una delicia. Una delicia a la que todos sucumbimos. Un deleite que alcanzamos con tanta avidez.... En el mundo moderno, lo culinario se ha convertido en un arte, y nosotros... queremos saborearlo y celebrarlo.
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Visitamos de buen grado un restaurante porque.... exactamente, ¿o sólo para comer? Un encuentro con amigos, una celebración familiar, una cita, una reunión de negocios, todo ello hace que demos nuestros primeros pasos hacia un restaurante. Entonces, ¿cómo debe ser un restaurante en nuestros tiempos? Cuáles son los criterios para elegirlo?
Comienza diciendo que, cuando cruzas el umbral de un restaurante, quieres sentirte como un invitado, no como un cliente. Y a un invitado siempre se le recibe con alegría: con una palabra amable, un pequeño gesto, tratado con la debida atención. Esto es importante porque los primeros momentos, tanto si el restaurante está situado en una calle peatonal (y sólo se pasa a comer patatas fritas) como si tiene que conducir unos kilómetros para llegar, serán memorables. Un ambiente acogedor le animará a volver a visitarlo, aunque eso suponga pagar una factura más alta. Seamos sinceros, por tratarnos de una manera especial somos capaces de gastar mucho dinero, además sin arrepentirnos nunca.
Nos gusta que nos adoren.... Por eso, que el camarero (o mejor dicho, nuestro guía) nos acompañe a nuestra mesa es un ejemplo perfecto de respeto hacia el comensal, y aún más, tratarlo con una breve conversación aumenta el valor del restaurante y contribuye a que se interese más por él. Un comportamiento así siempre nos levanta el ánimo y nos pone de buen humor, y cuando estamos de buen humor vemos el mundo en colores pastel, nos percibimos mejor a nosotros mismos y a lo que nos rodea.
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¡Comemos con los ojos! Por tanto, el menú influye en lo que pedimos. También es importante el aspecto del propio menú y, por supuesto, la forma en que se presenta. La carta del menú es la tarjeta de visita de todo restaurante, por lo que merece la pena cuidarla, prepararla de forma que atraiga nuestra atención, para que empecemos a estudiarla con atención, para que queramos volver a consultarla. Debe ser claro, legible y bien pensado, y sobre todo interesante y original. Cuando recibimos un menú en nuestras manos, debe cautivarnos, hacer que queramos empaparnos de la vista antes de abrirlo y empezar a leer. La carta es el envoltorio de los platos, y al fin y al cabo, el envoltorio es la promesa del contenido.
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Como productor de LUVA Handmade Menus, presto especial atención a este pequeño, pero cuán insanamente importante aspecto para cada comensal de un restaurante. No escatimo esfuerzos para garantizar que el envoltorio de los deseos culinarios de los clientes sea delicioso y memorable. El éxito en el negocio de la restauración depende en gran medida de la primera impresión (es decir, de la decoración del establecimiento y de la forma en que se recibe a los clientes), pero también de la forma en que se sirve el menú y de la apariencia del propio menú.