Es bien sabido que la ecuación huéspedes = restaurante es el elemento más importante a la hora de calcular los costes. 

No hay restaurante sin comensales, clientes, conocedores..... Se compone de personas que entran por primera vez, luego por la siguiente, para comer, cenar o cualquier otra comida, solas o en pareja, en familia o con amigos, de negocios o privadas. Son diferentes o similares, o incluso iguales en cuanto al tipo de trabajo que realizan o a sus hábitos. A menudo, observan y reproducen el comportamiento "de la mesa de al lado". 

En ese caso, si un comensal mira con atención la carpeta del menú, en la mesa de al lado, ¿no replicará tal acción otra persona? Cuando sugerimos las acciones de alguien en un restaurante, ¿no tenemos nosotros mismos ganas de doblar algo, aplastarlo, rayarlo, etc.? ¿Por qué no? Al fin y al cabo, la persona que está a nuestro lado sólo está mirando de cerca y probando la resistencia de la carpeta del menú, comprobando que las tarjetas tienen el grosor adecuado y que no se rompen demasiado rápido. También es importante comprobar que la carpeta es uniforme y que un vaso u otro elemento de la mesa, colocado encima, cede a la fuerza de la gravedad. Podemos preguntarnos entonces por qué se hacen estas pruebas de choque durante una comida y si los resultados serán lo suficientemente sorprendentes como para que merezca la pena hacer nuestro propio experimento. 

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